El folklore panameño está de luto, pues dejó de iluminar los albores de la saloma y el tamborito, la voz más representativa de este género musical, el baile por excelencia de la república de Panamá. Lucy Jaén, La Faraona del Tamborito murió a sus 83 años, y murió cantando, pues nunca dejó ese amor y apego por las tonadas, tan clásicas en su amado terruño Santo Domingo de Las Tablas. No un adiós, sino un hasta luego a la representación más digna del tambor panameño.
La "Faraona del Tamborito", deja una estela de logros e hitos dentro del canto y la saloma panameña, un legado para la historia, consagrada como una voz única, pues su destellante timbre al cantar era inconfundible y hacía vibrar a quienes la escuchaban. La reina del tambor nació un 17 de enero de 1928 en el pintoresco y folclórico pueblo de Santo Domingo de Las Tablas, un bastión de la cultura santeña y del folclor nacional. Desde chica fue imponente en su cantar y entregada fiel a las tradiciones más ancestras de la campiña santeña.
Su apego por el canto del tamborito, le fue inculcado por una tía materna, quien era diestra en la expresión de esta singular música del folclor panameño. Con tan solo ocho años su voz era fuerte y apta para el canto, talento que fue desarrollando hasta convertirse en la inconfundible reina del tambor. Fue conocida y aplaudida desde muy jóven es su pueblo y en comunidades cercanas como Pedasí, La Laja, El Sesteadero, Mariabé, Monagrillo y en el Festival de la Mejorana en Guararé.
Un orgullo incalculable fue Lucy para los centinelas de las costumbres ancentrales de nuestros campos, una antorcha que desde ahora será inmortal para la cultura panameña. Su voz a través del tamborito dejará estelas de amor a lo nuestro y de ferviente conexión con los prístinos sonidos musicales de antaño. La Faraona, evocaba sentimiento y nostalgia por nuestra tierra y un idílica añoranza con la verdadera identidad de nuestro istmo.
Con su canto, pero sobretodo con su sencillez y humildad, supo ganarse un lugar entre los grandes próceres del folklore panameño. Un ejemplo ideal para las nuevas generaciones y un modelo a seguir para los amantes de las costumbres y tradiciones de nuestra patria.
Hoy Santo Domingo, la tierra que la vio nacer, llora su irreparable pérdida y Panamá despide a una de las grandes leyendas del folclor y la máxima figura del tamborito: La FARAONA, LA REINA DEL FOLKLORE.
La "Faraona del Tamborito", deja una estela de logros e hitos dentro del canto y la saloma panameña, un legado para la historia, consagrada como una voz única, pues su destellante timbre al cantar era inconfundible y hacía vibrar a quienes la escuchaban. La reina del tambor nació un 17 de enero de 1928 en el pintoresco y folclórico pueblo de Santo Domingo de Las Tablas, un bastión de la cultura santeña y del folclor nacional. Desde chica fue imponente en su cantar y entregada fiel a las tradiciones más ancestras de la campiña santeña.
Su apego por el canto del tamborito, le fue inculcado por una tía materna, quien era diestra en la expresión de esta singular música del folclor panameño. Con tan solo ocho años su voz era fuerte y apta para el canto, talento que fue desarrollando hasta convertirse en la inconfundible reina del tambor. Fue conocida y aplaudida desde muy jóven es su pueblo y en comunidades cercanas como Pedasí, La Laja, El Sesteadero, Mariabé, Monagrillo y en el Festival de la Mejorana en Guararé.
Un orgullo incalculable fue Lucy para los centinelas de las costumbres ancentrales de nuestros campos, una antorcha que desde ahora será inmortal para la cultura panameña. Su voz a través del tamborito dejará estelas de amor a lo nuestro y de ferviente conexión con los prístinos sonidos musicales de antaño. La Faraona, evocaba sentimiento y nostalgia por nuestra tierra y un idílica añoranza con la verdadera identidad de nuestro istmo.
Con su canto, pero sobretodo con su sencillez y humildad, supo ganarse un lugar entre los grandes próceres del folklore panameño. Un ejemplo ideal para las nuevas generaciones y un modelo a seguir para los amantes de las costumbres y tradiciones de nuestra patria.
Hoy Santo Domingo, la tierra que la vio nacer, llora su irreparable pérdida y Panamá despide a una de las grandes leyendas del folclor y la máxima figura del tamborito: La FARAONA, LA REINA DEL FOLKLORE.