A través de los tiempos, ha sabído imponerse ante las devastaodoras aculturaciones que crecen y se desarrollan en un país de codicias y basto tránsito; su hegemonía la hace la reina de las armonías en nuestro hábitat folklórico. La presencia del hombre campesino se enaltece con la mejorana, ese instrumento que vivifica la efervesencia de la sangre campesina, del hobre folk, de la gente del campo.
Y aunque, no se le dá la sufuciente importancia por parte de entidades y algunos círculos de nuestra sociedad, la mejorana ha sabido sobrevivir, por los centinelas de la tradición, la gente que ama su tierra, pues el sólo hecho de pronunciar la palabra mejorana, despierta pasiones de los que sí quieren y velan por la verdadera identidad de la Patria.
De legados ancestrales, descendiente de la famosa guitarra española; la mejorana es un isntrumento netamente panameño, pues aunque tiene antecedentes hispánicos, la singularidad como instrumento, canto o baile la hacen única de Panamá.
Muchos son los baluartes que han dado su vida y su talento para que los latentes sonidos de la mejorana no perezcan y subsitan con el pasar del tiempo. Hombres y mujeres amantes del folklore, trabajadores incansables de la cultura de Panamá.
La mejorana es el instrumento y junto con el tambor, los bailes autóctonos y tradicionales de la república de Panamá, está demás decir que es preponderante mantener el espíritu de amor y lealtad hacia el legado de antepasados que cuidaron de nuestro visrtuosísimo cofre de costumbres y tradiciones, pues el folkore de nuestros pueblos es rico y afamado. Indiscutiblemente la mejorana representa la esencia pura del campesino panameño y es la antorcha del folklore de nuestra gente. Ella representa el corazón de la tradición nacional
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