Algunas veces decimos que la superación está en la ciudad, claro; es la capital del país, centro de grandes empresas, cientos de plazas de empleos. Muchos dicen que es una de las megapolis más impresionantes y de próspera visión en las Américas. A todo esto, en la urbe también impera la aceleración, el apuro, los agetreos y estas cosas, que hacen de la vida algo rápido y poco mesurada.
El interior no tiene oportunidades de superación, no hay desarrollo económico, pero señores que gusto es vivir en el campo, porque a menos que tengas una consolidada plataforma económica y social, tu vida en la ciudad se puede convertir en un caos, claro eso depende de como lo manejes. Ey pero es que también están las múltiples atracciones de la ciudad, las fiestas, los casinos, los restaurantes, bares y discotecas, los espectáculos musicales entre otras muchas cosas.
Pero que gusto es vivir en la campiña, que gusto es vivir en el campo, es placentero acostarse en una hamaca a contemplar la puesta del sol, mientras la brisa y el canto de las aves deleita el ambiente. Que gusto es ir a la playa, a espectaculares parajes de la costa interiorana. Que bueno es escuchar la saloma del campesino o los torrentes de una mejorana. Eso solo se vive aca en los pueblos de nuestro país, donde todavía se puede disfrutar de la vida.
Y donde el desarrollo económico llega lento pero seguro, resguardado en el turismo ecológico y cultural. Las grandes ciudades son buenas, fantásticas y llamativas; pero cada minuto de vida se aprecia mejor y se vive mejor acá en el interior. De verdad ¡que gusto es vivir en el campo!
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